El origen de la festividad de Halloween tiene como protagonista al ser sobrenatural que ha obsesionado a la Humanidad desde tiempos inmemoriales: el fantasma. ¿Qué es exactamente un fantasma? En esencia, se trata de un espíritu que ha trascendido los límites de la muerte. Con el paso de los siglos, los fantasmas monopolizaron los relatos de terror contados por infinidades de culturas a lo largo y a lo ancho del planeta, convirtiéndose muy rápidamente en íconos de nuestras pesadillas.
El famoso escritor Barry Hannah solía decir que todas las historias son historias de fantasmas: algo embruja a los párrafos de un relato y obliga al lector a girar las páginas para descubrir de qué se trata. La fascinación de escritores y lectores con los fantasmas tiene importantes precedentes históricos. Sea que se utilicen como generadores de una atmósfera de miedo, como metáfora o como una simple alegoría del pasado perdido, los fantasmas constituyen una parte importante del canon literario. He aquí una lista de algunos de los más trascendentes.
10 fantasmas memorables de la literatura
1. El padre de Hamlet (“Hamlet” de William Shakespeare)
Dando inicio a una de las obras de teatro centrales de la literatura occidental, la escena del cementerio de Hamlet nos muestra el momento en que el padre del príncipe (rey legítimo de Dinamarca) se le aparece a su hijo para informarle que fue víctima de una violenta muerte a manos de su hermano. Al implorarle a su hijo que vengue su asesinato, provocará en el joven Hamlet un dilema moral y una tortura psicológica sin precedentes. Pese a la intención de Shakespeare de que este personaje fuera una aparición explícita, muchos estudiosos han teorizado la posibilidad de que se trata de una alegoría de la imaginación sobreexcitada del protagonista.
2. Jessel y Quint ("Otra vuelta de tuerca" de Henry James)
Esta novela corta del siglo XIX, controvertida desde su publicación, fue innovadora por presentarle al lector la posibilidad de múltiples interpretaciones (todas excluyentes entre sí). Nos narra la historia de una institutriz que debe cuidar a dos niños –Miles y Flora- en una dilapidada mansión acechada por la constante presencia de los fantasmas de dos antiguos empleados: Miss Jessel y Peter Quint. Estos personajes, misteriosos y sombríos, pondrán en alerta a la institutriz a medida que los niños se muestrán más y más interesados en interactuar con ellos. La profundidad emocional del relato y el acecho de las apariciones tendrán en vilo al lector, quien deberá decidir por sí mismo si los eventos son de una naturaleza sobrenatural o meramente psicológica.
3. La dama de negro (“La dama de negro” de Susan Hill)
Arthur Kipps, un joven abogado, llega al norte de Inglaterra para asistir al funeral de Alice Drablow, con la intención de hacerse cargo de sus asuntos. Sin embargo, se ve asediado por una serie de acontecimientos siniestros que indican cierta presencia sobrenatural no del todo comprensible. Una mujer de negro que preanuncia la muerte de los niños de la zona se convertirá en el núcleo de esta atmosférica y oscura narración gótica, recordada con cariño por muchos de los amantes de la literatura de fantasmas.
4. Los espíritus de la casa (“La Maldición de Hill House” de Shirley Jackson)
Considerada la mejor novela de fantasmas del siglo XX y alabada por grandes escritores de terror (incluido el propio Stephen King), La maldición de Hill House nos presenta un relato sobre un grupo de jóvenes que participan de un experimento paranormal en una casa embrujada. El terror que allí se desatará, cargado de sutilezas y espíritus malignos, se meterá por debajo de la piel del lector, quien permanecerá en constante alerta por las distintas ocurrencias de los espíritus de la casa. Una narración sencilla pero potente, que logró reinventar un género que ya se hallaba en terapia intensiva en el momento en que Shirley Jackson decidió abordarlo y que hoy se ha vuelto inseparable de la temporada de Halloween.
5. El espíritu de la mansión (“El Castillo de Otranto” de Horace Walpole)
A pesar de que muchos de sus elementos resultan anacrónicos en la actualidad, El castillo de Otranto fue significativa por haberse tratado de la primera novela gótica europea. Concebida como una narración medieval, nos cuenta la historia de una familia que usurpa el trono en un castillo en el que una sucesión de eventos sobrenaturales cambiarán el rumbo de su destino. Asesinatos, persecusiones y accidentes fortuitos, todos guiados por la mano fantasmal de un ser que acecha a la mansión. La violencia implícita que se desarrolla en esta historia, mucha de la cual ocurre afuera de las páginas de la narración, la transforman en un melodrama Shakespeareano oscuro y melancólico. Hoy se la recuerda principalmente por haber originado el género gótico en la ficción y por haber introducido una manera inédita de crear atmósferas narrativas.
6. Los 3 fantasmas de las navidades (“Cuento de Navidad” de Charles Dickens)
En este caso, ya no nos estamos refiriendo a un relato siniestro o terrorífico, sino a uno de los cuentos navideños más influyentes de la literatura del siglo XIX en manos de uno de los grandes autores de la era victoriana: Charles Dickens. Cuento de Navidad está protagonizada por Ebenezer Scrooge, un banquero malintencionado que resulta incapaz de apreciar el verdadero significado de la Navidad. En consecuencia, será visitado por tres fantasmas que se encargarán de ponerlo en contacto con todo aquello que hace de esta época del año un momento especial que trasciende todos los sufrimientos. Al tratar temas como la redención, la caridad y la lucha contra la pobreza, esta obra de ficción es considerada uno de los grandes clásicos de la literatura universal, que se edita y se promueve todos los años.
7. Sir Simon de Canterville (“El Fantasma de Canterville” de Oscar Wilde)
En este relato de intenciones satíricas, Oscar Wilde nos presenta a un terrorífico fantasma que intenta aterrorizar a los nuevos inquilinos de Canterville Chase, quienes se rehúsan a ser asustados por su presencia. Se trata de una joven familia americana que desconoce la extensa tradición europea de castillos embrujados. Su modernidad les impide sentirse intimidados por el accionar del espíritu, frustrando a Sir Simon hasta el límite de su paciencia. Eventualmente, no sólo trazarán un trato cordial con la aparición, sino que servirán de instrumento para su reforma. Recordado por su inteligente inversión de las expectativas de la literatura de su tiempo, El fantasma de Canterville continúa siendo uno de los textos más leídos del gran autor irlandés del siglo XIX.
8. La aparición de Mr. Reed (“Jane Eyre” de Charlotte Brontë)
Este clásico inglés del siglo XIX es uno de los más leídos de todos los tiempos. Como novela de maduración, sigue los pasos de una joven huérfana que se convierte en institutriz de la hija de un acaudalado hombre que vive en una mansión dilapidada y nos presenta los rasgos más comunes de la literatura romántica victoriana. Sin embargo, pocos se refieren a Jane Eyre como una novela gótica, a pesar de que podemos clasificarla estríctamente como tal. El elemento sobrenatural juega en la obra un rol central, pero aparece tratado de manera secundaria y sutil. Uno de los ejemplos más emblemáticos ocurre durante los capitulos que describen la niñez de Jane, cuando es forzada a permanecer a oscuras en la habitación donde murió su tío, sitio donde será testigo de una fuerza sobrenatural ante la cual no encontrará explicación alguna.
9. El jinete sin cabeza (“La leyenda de Sleepy Hollow” de Washington Irving)
La película inspirada en este relato ha logrado popularizar su historia más allá de los límites de la literatura. Sin embargo, La leyenda de Sleepy Hollow es uno de los cuentos centrales del Libro de bosquejos de Geoffrey Crayon, caballero, la obra maestra del autor que cimentó su longevidad literaria. El cuento destaca por su atmósfera gótica, su imaginería otoñal y su exagerada estilización. Cuenta la historia de un ex soldado que perdió su cabeza durante una batalla militar y que ha regresado al mundo de los vivos para aterrorizar a los habitantes del pequeño pueblo de Sleepy Hollow. Nuestro protagonista, Ichabod Crane, es un maestro de escuela rural que se enfrasca en el cortejo de la joven Katrina Van Tassel, pero cuyos intentos se verán frustrados por la aparición del fantasma. Quedará abierto a la interpretación si su existencia es real o si tanto Ichabod como los lectores hemos sido cruelmente engañados.
10. Michael Furey ("Los muertos" de James Joyce)
El último cuento de la famosa colección de James Joyce titulada Dublineses ha sido objeto de estudio y análisis académico a lo largo de muchas décadas. Los muertos cuenta la historia de Gabriel Conroy, un profesor de música que asiste con su esposa Greta a una fiesta de navidad organizada por sus tías, en la que se desatan numerosos conflictos. Sin embargo, la gran revelación del texto es que su esposa Greta aún permanece atormentada por el fantasma de Michael Furey, un joven amante de su pasado que murió a los diecisiete años y cuya tragedia no abandona la mente ni el corazón de la mujer. La naturaleza de Michael y si este "fantasma" puede tomarse de manera literal o meramente metafórica, ha sido material de debate desde su publicación. La historia plantea preguntas sobre la identidad irlandesa y la relevancia del paso del tiempo en nuestras vidas.
Como te habrás dado cuenta, la mayoría de estas historias tienen un rasgo en común: la ambigüedad. El fantasma ha sido el elemento literario más usado para explorar la incertidumbre humana hacia lo desconocido, y es en esa indeterminación donde yace su verdadero poder.
Espero que te animes a leer alguna de estas obras. Halloween es ideal para compartir historias de fantasmas. Si tenés alguna para recomendarme, dejámela en los comentarios :)
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