Mary Shelley es la reina de la literatura gótica inglesa del siglo XIX. La belleza poética de su prosa y la afilada imaginación de sus historias han alterado profundamente el curso de la literatura anglosajona, sirviendo de inspiración para cientos de escritores que han seguido sus pasos y recreando los espléndidos y horríficos escenarios de su ficción. Sin embargo, hoy se la recuerda principalmente por su novela gótica "Frankenstein o el Moderno Prometeo", que sentó las bases del género del terror moderno y funcionó como crítica de la sociedad industrial de su época. Si te interesa continuar profundizando en la producción literaria de esta maravillosa escritora, te recomiendo los siguientes cuatro libros que, en mi opinión, son imprescindibles.
¿Quién fue Mary Shelley?
Nacida en el seno de una familia acomodada londinense, la joven Mary vino al mundo en un entorno de cultura refinada y tragedias personales. Su madre, Mary Wollstonecraft, fue una filósofa feminista influyente -autora de Vindicación de los Derechos de la Mujer- y su padre, William Godwin, fue un célebre filósofo, novelista y periodista. Su madre murió a los pocos días de su nacimiento, dejando a la pobre Mary en la contínua búsqueda de una figura materna, necesidad que se expresa en la mayoría de sus libros.
Rodeada por un círculo de escritores y poetas que compartían su intereses literarios, se codeó con el aclamado poeta Lord Byron y con el se convertiría en su esposo, Percy Bysshe Shelley (con quien se reunía a escondidas en la tumba de su madre). En unas vacaciones de verano en Geneva, acompañada por Byron, Polidori y Percy, Mary creó la primera versión de la que se transformaría en su obra más famosa que la colocaría en la cúspide de la tradición del Romanticismo europeo: Frankenstein o el Moderno Prometeo.
Luego de una estancia en Italia en la que se concentró en criar a su hija, Mary volvió a Inglaterra tras la muerte de su esposo -ahogado en el mar por una tormenta que hundió el bote en el que navegaba- y se dedicó a desarrollar su carrera literaria. Publicó obras que tuvieron cierta influencia en los círculos literarios del momento, muchas de las cuales pasaron al olvido hasta su reediciones posteriores durante el siglo XX: El último hombre (1826), Lodore (1835), Las fortunas de Perkin Warbeck (1830), Falkner (1837) y Matilda (1820).
Libros imprescindibles de Mary Shelley
Matilda (1820)
Publicada póstumamente en 1959 en Estados Unidos, Matilda fue la más controvertida e interesante de sus novelas tempranas. Trata sobre una joven abandonada por su padre, al cuidado de una tía poco empática que transforma su existencia en una miseria permanente. Sin embargo, cuando ya es adulta, es sorprendida por el retorno de su padre que promete garantizar su futura felicidad. Dicha ilusión dura poco, ya que el hombre huirá nuevamente de la vida de su hija. Este acto de cobardía se debe al secreto destructivo que el hombre guardaba en su pecho y que significará la ruina de toda la familia: sus sentimientos incestuosos hacia su propia hija.
Escribir esta novela fue un acto terapéutico para la autora, quien la terminó mientras procesaba la muerte de Clara (su hija). Poco después de culminarla, entregó el manuscrito a su padre, quien se horrorizó tanto ante los temas polémicos del texto que se negó a devolvérselo y se aseguró de que nunca fuera publicada. La historia recién pudo ser conocida por el público un siglo después del fallecimiento de la autora.
Lodore (1826)
Lodore es una novela extraña si la comparamos con el resto del repertorio de la autora. Carece de la atmósfera gótica que tanto caracteriza a su ficción y se orienta más hacia las clásicas historias moralizantes de su época. Trata sobre las complejidades de las relaciones humanas y sobre las presiones sociales que dan forma a las vidas de las personas. Sigue las aventuras de una familia de aristócratas, los Fosters, cuyos miembros Cornelia y Edward contraen matrimonio. Su felicidad, sin embargo, es breve, dado que el padre de Edward desaprueba la unión y cortará todo apoyo financiero a su hijo. Esto obligará a la joven pareja y a su recién nacido a que se muden a un hogar modesto y les generará severas dificultades para subsistir. También observaremos el amorío entre la hermana de Cornelia -Fanny- con el caballeroso Lionel y nos adentraremos en la personalidad del padre de ambas, el patriarca Lord Lodore, y en su fallida carrera como político.
En general, el libro nos habla sobre el amor, el matrimonio, los roles de género y las expectativas sociales que, para la propia Mary Shelley, eran injustas y opresivas. Se trata de una obra de ficción sutilmente política que nos maravilla con la hábil pluma de su autora y con extensos pasajes de memorable diálogo. Lamentablemente, no existe en circulación una edición en español y sólo puede leerse en su inglés original. Con suerte, esto cambiará en el futuro.
El último hombre (1835)
La segunda obra más famosa de Shelley, El último hombre, es una novela distópica post-apocalíptica que suele ser considerada la antecesora directa del género de ciencia ficción. Luego de que una terrible plaga arrasa con una sociedad ficcional del siglo XXI, el único superviviente de la enfermedad, Lionel Verney, divaga sobre los años finales de la raza humana cuyo fin había sido profetizado de antemano. La historia empieza desarrollándose como una novela aristocrática de intrigas palaciegas, para culminar sucumbiendo ante el horror de la enfermedad. Se trata de un libro increíblemente pesimista, crudo, filosófico y depresivo, ya que en él fue descargado el luto de la autora en toda su profundidad, a su vez que explora la visión política anti revolucionaria que acuñó en su período de madurez.
Pese a la calidad literaria que destila en cada página, la novela fue eviscerada por la crítica de su tiempo, catalogada de "enfermiza" y acusada de exponer las meras diatribas de una "escritora enferma". Poco a poco, sin embargo, está siendo reintroducida en el canon literario no sólo por su exquisita composición, sino por haberse tratado de la primera historia post-apocalíptica de la literatura universal.
Cuentos góticos (1828-1857)
Este compilado que se edita con regularidad por distintas casas editoriales recopila buena parte de sus cuentos oscuros de estética gótica que tan influyentes fueron para escritores posteriores. Muchos de los temas tratados en dichos relatos son similares a los que exploró en su obra Frankenstein, pero con un poco más de atención a la atmósfera y a los mensajes que intentaba transmitir. Relatos como "El mortal inmortal", "El relato de Roger Dodsworth", "La transformación" o "El sueño" nos ilustran la potente originalidad de Mary Shelley, cuya imaginación fue responsable de algunos de los pasajes más memorables de la literatura del siglo XIX. Temas recurrentes en su ficción breve son: la muerte, el amor perdido, la desesperación, el horror físico y la alienación social. Si te atraen los cuentos oscuros y estéticos que exploran la desesperación del Ser humano en todas sus formas, esta obra no te decepcionará.
Estos fueron algunos de los libros que recomiendo leer de la autora. En el futuro mencionaré otros que también disfruté de ella. ¿Has leído alguno? ¿Qué te ha parecido? Contame en los comentarios :)
- SOBRE EL AUTOR
No hay comentarios.:
Publicar un comentario