A medida que voy avanzando con mi actual proyecto de novela, voy dándome cuenta de lo importante que resulta la ambientación en el desarrollo de su trama. Como suele ocurrir con la literatura gótica, mi historia se desenvuelve en una gran mansión dilapidada, de oscuros pasillos y fantasmales corredores, cuyos habitantes viven en una constante opresión que es muy difícil precisar. Sin embargo, este escenario difícilmente puede considerarse original, ya que se ha convertido en un rasgo esencial de dicho tipo de literatura. Lo que quizás resulta distinto es la manera en que lo he desarrollado.
En lo personal, encuentro que la atmósfera y la sensibilidad estética de una obra de ficción juegan un papel importantísimo a la hora de determinar nuestra experiencia de lectura. Mis novelas favoritas son aquellas capaces de transportarnos a un mundo singular, de alta sensorialidad, donde las imágenes y las locaciones transmiten el humor de los personajes. Y, a medida que evoluciona mi nueva obra literaria, voy comprendiendo el peso que dichos elementos cumplirán en la imaginación de sus futuros lectores.
El arte y la tradición
A pesar de que aún no puedo revelar detalles específicos de mi próximo libro, sí puedo afirmar que el arte plástico constituye el corazón de su concepción estética. La pintura al óleo, especialmente aquella de los siglos XVIII y XIX, adorna cada rincón de los espacios en los que conviven sus personajes. El acto mismo de pintar, como pasatiempo y como profesión, y cómo éste afecta la vida de sus protagonistas, será objeto de discusión de buena parte de la novela. Los debates sobre el oficio de la pintura y el simbolismo de los retratos al óleo se apropiarán de los capítulos centrales.
Algo similar ocurre con la escultura, especialmente aquella realizada en mármol. Si bien las obras plásticas descriptas en el libro están influidas por corrientes artísticas de distintas épocas, en el caso de la escultura me he acotado al estilo greco-romano de la Antigüedad Clásica. Obras de formato griego, imitaciones a la manera renacentista y bustos de mármol de famosos emperadores romanos adornan los pasillos de la estancia imaginaria de la novela. Y todas estas esculturas tienen una relación íntima y personal con el protagonista, ya que fueron realizadas por un escultor del que está buscando información remota.
Como se darán cuenta, el arte aquí descripto es de carácter tradicional, y esto no es fue accidental. La contraposición entre la tradición y la modernidad, tanto en el estilo de vida de los personajes como en las discusiones filosóficas que tienen, viene a funcionar como un rasgo identificatorio de la estética del libro.
La arquitectura rococó
Durante mucho tiempo, tuve mis dudas acerca del estilo arquitectónico de la mansión que sirve como escenario de mi historia. Empecé a imaginarla como una casona victoriana, quizás de un formato palaciego inspirado en Misselthwaite Manor o en el Castillo Howard. Sin embargo, la logística misma de la historia y el atractivo personal que siento hacia el estilo, hicieron que me inclinase hacia la concepción de una modesta casa rococó, construida a principios del siglo XX y dilapidada por el paso del tiempo y las inclemencias del clima. Este estilo arquitectónico, además, combina a la perfección con muchas de las obras de arte que contiene y ayuda al carácter onírico de la narración.
El sentido de escala
Un elemento que siempre me fascinó de la literatura gótica, quizás mejor ejemplificado en La Maldición de Hill House de Shirley Jackson, son las casas misteriosas con infinidad de pasillos, puertas insondables, pasadizos oscuros y escaleras que cargan con la opresión de los fantasmas del pasado. La idea de construir una mansión con interminables recovecos fue uno de los atractivos que me decidieron a desarrollar este proyecto. En mi historia, la arquitectura y la oscuridad se conjugan para esconder las huellas de una tragedia que ha marcado un antes y un después en el universo de sus personajes. Y esta vastedad inescrutable que habita dentro de la mansión tiene por efecto la distorsión del sentido de escala de quien intente imaginarla, algo que sin dudas alterará la percepción del lector.
Los pasatiempos aristocráticos
Una característica de esta narración, y que se combina perfectamente con la identidad de sus personajes, es la aparición y exploración de los pasatiempos aristocráticos: cabalgatas al aire libre, excursiones de alta montaña, banquetes de lujo para multitud de invitados y extensas discusiones sobre el linaje de familias ilustres -muy típico de la Argentina de principios de siglo-. Estos elementos del viejo mundo, adaptados a los pormenores de mi ciudad, contribuyen a generar una sensación de atemporalidad que ancla fuertemente a la narración en el universo clásico. Revela, además, ciertos elementos importantes acerca del estado mental de sus protagonistas.
Como se darán cuenta, no necesito revelar ni un sólo detalle de la trama de mi libro para poder elaborar su estilo y la estética de su narración. Justamente, considero que lo sensorial será fundamental a la hora de estructurar mi novela y dejará una huella duradera en la imaginación de sus lectores.
Por el momento, llevo escritas unas 3/4 partes del borrador inicial, que me dedicaré a pulir cuidadosamente apenas esté terminado. Es un trabajo arduo, matizado por las dificultades que estoy teniendo para hallar tiempo de escritura dentro del océano de obligaciones que me ocupan en este momento. Sin embargo, me siento muy orgulloso del resultado que estoy obteniendo y ansío el momento en que pueda hablarles con más detalles acerca de mi futura novela.
¿Te interesa el proyecto aquí descripto? Dame tus opiniones en los comentarios :)
- SOBRE EL AUTOR
No hay comentarios.:
Publicar un comentario