El año pasado leí uno de los clásicos infantiles más populares de todos los tiempos: El jardín secreto de Frances Hodgson Burnett. Y debo decir que me dejó bastante sorprendido. Si han venido siguiendo el blog, sabrán que no soy muy asiduo de la literatura infantil o juvenil, pero este relato de principios del siglo pasado marca una notable excepción. Se trató de una lectura tierna, entretenida y con demasiado mérito literario como para no hablar de ella.
¿De qué trata El jardín secreto?
Ambientada a fines del siglo XIX, la novela está protagonizada por una niña de 10 años llamada Mary Lennox. Proveniente de un matrimonio inglés exiliado en la India, Mary sufre de la falta de afecto y de una total negligencia por parte de sus padres, quienes mueren inesperadamente en una epidemia de cólera. Esto obliga a Mary a trasladarse a Inglaterra para vivir con un tío desconocido, para desconcierto de la niña.
El tío de Mary, Archibald Craven, habita una espléndida pero lúgubre mansión de campo en Yorkshire. Afligido por la pérdida de su esposa, el hombre tiene poco tiempo para atender a su sobrina, quien vaga por los jardines y los recovecos oscuros de la mansión, asediada por un fastidio que poco a poco va amargándola. De por sí, Mary exhibe todos los rasgos típicos de una niña malcriada: se muestra taciturna, propensa a los berrinches y muy despectiva con los sirvientes que la atienden. De este modo, termina llevándose mal con todo el personal de la mansión.
Sin embargo, las caminatas al aire libre por los hermosos jardines del lugar, la amistad con un un muchacho apasionado por los animales llamado Dickon, y el descubrimiento de un convaleciente primo llamado Colin -con quien compartirá interesantes conversaciones nocturnas-, terminarán transformando el mal carácter de Mary en una curiosidad infantil que eventualmente la volverá más compasiva.
Gracias a sus interacciones con el jardinero de la propiedad, Ben Weatherstaff, Mary descubrirá que una de las más preciadas posesiones de su difunta tía era un maravilloso jardín escondido en los confines de las hectáreas de su tío que fue clausurado luego de la muerte de la mujer. Pronto, Mary comprenderá que su principal misión, a través de la cual intentará sanar el luto de su tío, será encontrar, restaurar y reinaugurar este jardín secreto que parece más salido de una leyenda antigua que de la propia realidad.
Estilo literario de El jardín secreto
A pesar de haber sido publicada a principios del siglo XX, El jardín secreto sigue el estilo clásico de la novela de maduración de la época victoriana: una niña huérfana abandonada por el mundo que se enfrenta a una serie de eventos desafiantes que conducirán a su desarrollo emocional. Al igual que en los demás libros infantiles de la autora (El pequeño Lord, la Reina de Plata-Bell, El príncipe perdido), esta narración presenta una visión mágica de la naturaleza inspirada en los cuentos de hadas, con una estética tan singular como característica de la Inglaterra de su tiempo.
Quizás la tradición más importante en la que se inscribe es la literatura pastoral, presentándonos a los grandes jardines salvajes y al retozar de las plantas y los animales como un universo para el desarrollo de los sentimientos humanos. Después de todo, el jardín que le da título a la novela sirve como escenario para la gran tragedia de Lord Archibald y, también, como promesa de la felicidad futura de Mary y de sus seres queridos. Las descripciones que hace la autora de la belleza de las flores, el canto de los pájaros, los signos de las estaciones en los árboles, el olor de la lluvia y los constantes cambios en el clima son memorables y muy significativas desde un punto de vista literario. El poder simbólico de la naturaleza para expresar y describir emociones humanas es lo que Hodgson Burnett toma de dicha tradición, presentándonos al jardín de Misselthwaite Manor como un espacio de regeneración y renacimiento.
Por otro lado, la obra no se aleja demasiado de los temas oscuros que plagaban la ficción gótica y victoriana del momento: el luto perpetuo por un ser amado fallecido en la juventud, la discapacidad como un mecanismo de desarrollo de las miserias personales, las muertes inesperadas debido a epidemias incurables, la vida triste de los niños huérfanos y los pasillos oscuros y siniestros en las grandes mansiones que esconden fantasmas del pasado.
Mi opinión del libro
Personalmente, disfruté mucho leyendo El jardín secreto. No sólo me pareció una narración entrañable con personajes interesantes y una trama bien construida, sino que fue una que no dejó de entretenerme desde el principio hasta el final. Considero fascinante el estilo ambiguo del texto, anclado firmemente en la literatura infantil, pero sin renegar de las temáticas para adultos. Y creo que esta característica híbrida fue la que determinó su éxito de ventas desde el momento de su publicación, y una de las razones por las que sigue siendo tan leído en la actualidad. Es, en esencia, un clásico infantil para todas las edades.
No sólo recomiendo leerla, sino que además recomiendo mirar la adaptación cinematográfica de 1993 con Maggie Smith, Kate Maberly y Heydon Prowse. Es una versión muy fiel al libro que logra capturar su esencia inglesa, su estética victoriana y que no rehúye de sus temas más oscuros.
¿Has leído El jardín secreto? ¿Cuál es tu opinión de la novela? Contame en los comentarios :)
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