Desde que era pequeño, el terror fue siempre mi género preferido. Tanto en películas, como en novelas o en series de televisión, las historias de miedo han atraído mi interés en todos sus aspectos: personajes, tramas, estética y ambientación. Y no estoy solo en mi pasión por el género. Millones de personas a lo largo y a lo ancho del planeta han decidido adentrarse en lo macabro, convirtiendo al estilo en uno de los nichos de entretenimiento más lucrativos del mundo. Pero vale preguntarse: ¿Qué es lo que nos atrae de la ficción de terror? ¿Por qué nos gusta asustarnos a nosotros mismos? ¿De dónde sale el placer inmenso que nos invade al mirar una película, leer un libro o mirar una serie de temática siniestra?
¿Qué es exactamente el terror?
Consideramos ficción de terror a toda aquella historia que deliberadamente pretende perturbar o asustar a su espectador. Puede ser de naturaleza psicológica, violenta, sobrenatural o religiosa. Tiende a poner un énfasis primordial en la atmósfera y la imaginería macabra por encima de todo lo demás. El suspenso es la herramienta fundamental de dichas historias, ya que éste busca generar una respuesta emocional o psicológica en el lector relacionada a sus propios miedos. La sensación de una amenaza inminente habita en todas las historias de terror, sea de manera explícita o implícita. Y también se vale de elementos tales como fantasmas, vampiros, demonios, asesinos, brujería, depravación, violaciones, tortura, y asesinatos, entre muchos otros.
¿Cómo nos beneficiamos del terror?
El "miedo recreativo", como lo han llamado algunos psicólogos, es enormemente beneficioso para el ser humano, y habita en el núcleo de este género. Por un lado, funciona como una herramienta de aprendizaje. Nos permite conocer los peligros del mundo, las posibles respuestas que tendríamos ante ciertas situaciones y cuál es el límite al pánico que podemos llegar a sentir. Por otro lado, nos genera ciertos efectos que derivan en una experiencia memorable: inunda a nuestro cuerpo con adrenalina y, en dicho proceso, nos permite conocernos a nosotros mismos y aprender un poco más acerca de nuestra propia eficacia. En términos más amplios, nos obliga a lidiar con nuestras ansiedades reales de manera concreta o alegórica, ayudándonos a aliviar muchas de nuestras preocupaciones cotidianas.
Una adaptación evolutiva
Salvo que vivamos en una zona muy insegura, en nuestro día a día no solemos encontrarnos con situaciones de grave peligro. Es por eso que, si llegamos a vivir un evento que pone en riesgo nuestra seguridad, éste nos llama inmediatamente la atención. En nuestro pasado remoto, los humanos vivíamos bajo la constante amenaza de depredadores y de otros peligros físicos. La caída del sol obligaba a las personas a buscar abrigo en una cueva, y las volvía vigilantes y temerosas ante los animales que podían quitarnos la vida de un momento a otro. Esto nos programó para tenerle miedo a la oscuridad y para escanear constantemente nuestro entorno en busca de peligros. Sin embargo, los estilos de vida modernos, con sus infinitas comodidades, hicieron que dicha respuesta genética quedara obsoleta durante la mayor parte de nuestros días. Es por eso que recurrimos a la ficción para volcar en ella nuestras ansiedades inconscientes, estimulando a través del terror el sistema de alerta que fue tan necesario para nuestros antepasados.
¿Nos permite explorar nuestros secretos más oscuros?
Los seres humanos contamos con dos grandes atributos: nuestra imaginación y nuestro rico mundo interior. Muchas veces, reprimimos ideas, pensamientos, sentimientos y deseos con el simple objetivo de encajar en la sociedad en que nacimos. Sin embargo, cotidianamente, múltiples pensamientos invaden nuestras cabezas que son difíciles de catalogar, aceptar o encuadrar dentro de un esquema racional del mundo. Es por eso que el terror se convirtió en un terreno fértil para explorar el lado más oscuro de la conciencia humana, permitiéndonos encarnar en monstruos horríficos nuestra propia capacidad de lidiar con la maldad y la perversión de la naturaleza humana. De este modo, nos provee de un lienzo en blanco y de un lenguaje propio para luchar, de modo seguro y cómodo, con nuestra propia oscuridad.
¿Qué me atrae a mí del terror?
En lo personal, pienso que el terror es uno de los géneros más versátiles que existen. Permite una libertad creativa y una riqueza estética difícilmente comparable con cualquier otro género. Mayoritariamente, los escritores, guionistas y directores de terror tienden a ser más originales en sus métodos, más inteligentes en sus reflexiones y más eficaces en sus narrativas que los creadores de otros géneros. Tanto en la pantalla chica como en la pantalla grande, los esfuerzos más ingeniosos que he visto en la última década han venido de la mano del terror. De la misma manera, muchos de los grandes clásicos literarios y novelas populares modernas se han enriquecido gracias a la incorporación de elementos terroríficos en sus historias. Creo que hay un espíritu de inventiva artística que inunda las venas del estilo que rara vez se aprecia en otro lado. Y la comunidad de fans de terror es una de las más cálidas y heterogéneas que existen en la actualidad.
Hay terror para todos los gustos
Los subgéneros del terror son interminables: psicológico, gótico, urbano, paranormal, humorístico, fantástico, splatter, slasher, fantasmagórico, analógico, tecnológico, corporal, erótico y post-apocalíptico, entre muchísimos otros. Sea cual sea tu preferencia personal, estoy seguro de que vas a encontrar algún estilo para disfrutar y sacarle el jugo a este maravilloso género que viene cautivando a lectores y espectadores desde hace muchos siglos.
¿Te gusta el terror? ¿Cuáles son tus películas, series y libros preferidos del género? Contame en los comentarios :)
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