El Fantasma de la Ópera es mi novela preferida de Gastón Leroux. Se trata de una historia oscura, sentimental, llena de adrenalina, que considero apta para todas las edades. Cuando era adolescente, fue mi libro preferido, al que leí y releí hasta el hartazgo. De hecho, en aquella época, contaba con una edición modesta -la de la editorial Gárgola- que prácticamente llegó a deshacerse debido al amor que le tenía y a lo mucho que la repasé. Durante demasiado tiempo, fui capaz de recitar pasajes enteros de memoria, llegué a evocar diálogos textuales que me llenaban de placer y, de hecho, fue el primer libro que me hizo llorar. Supongo que todos tenemos algún texto con el que establecimos una conexión íntima y especial por encima de cualquier otro. Y me agrada poder hablarles del mío. Quizás ahora, con un poco de distancia temporal y madurez emocional, me gustaría hacer un mejor análisis del contenido de esta novela. Puede que vuelva a releerla en el futuro cercano. Mientras tanto, deseo recomendarla por si aún no te has animado a darle una oportunidad.
La inspiración detrás del Fantasma de la Ópera
Es muy difícil catalogar a este libro. Su publicación en 1909 se ubica singularmente en aquel período de transición europeo donde la cultura, el arte y la literatura estaban sufriendo una profunda transformación. Atrás estaba quedando el sentimentalismo exagerado de la era romántica, el realismo venía pisando con fuerza, las vanguardias estaban a flor de piel y la Francia que habitaba el autor estaba cambiando el tumulto revolucionario por la estabilidad social moderna.
Su inspiración más directa fue un relato apócrifo que circulaba mediante rumores sobre el uso de un esqueleto humano real en una producción de El cazador furtivo de Carl María von Weber. Sin embargo, el nivel de estudio que el autor realizó acerca de la Ópera de París para confeccionar esta pieza literaria es admirable y constituye el motivo que le otorga esa ambientación tan creíble y sensorial.
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¿De qué trata El Fantasma de la Ópera?
Nos cuenta la historia de la cantante sueca Christine Daeé, una joven soprano suplente que está iniciándose en el mundo de la ópera y de su relación con el Vizconde Raoul de Chagny y un extraño "Fantasma" que ronda por los pasillos de la Ópera de París. Christine es una muchacha sensible e impresionable, cuyo talento queda demostrado luego de que reemplaza durante un concierto a la diva principal del teatro, la temible Carlotta. Christine termina enamorándose del vizconde Raoul de Chagny, quien asiste a su inesperada performance y viene obsesionándose con todo lo relacionado a la cantante. El romance entre ambos es muy inmaduro, lleno de estallidos de pasión y muchos celos infantiles. Sin embargo, se desarrolla al mismo tiempo que una serie de extraños sucesos acontecen en el seno de la Ópera: sus nuevos dueños, Armand y Firmin, se sienten desconcertados ante el estado de la institución que han heredado, especialmente la presencia de cartas escritas por el autodenominado "Fantasma de la Ópera", quien demanda una pensión mensual y accesos privilegiados a las noches de función en el teatro. Al negársele este pedido, cosas horribles empiezan inmediatamente a suceder en los pasillos de la Ópera, la mayoría con consecuencias fatales. Pronto los dueños se darán cuenta de que no están lidiando con un asunto ligero y, cuando ceden finalmente a sus peticiones, el Fantasma se obsesionará con Christine como nunca. Ella escucha su voz a través de las paredes de su camerino creyendo que es el Ángel de su difunto padre. El fantasma competirá así con Raoul por su atención y se opondrá fervientemente al romance que existe entre ambos jóvenes.
Una exhibición de talento narrativo
En una narración vertiginosa, llevada de manera magistral, Gastón Leroux nos presentará una historia de misterio con elementos de romance, ficción gótica y terror, donde la música jugará un papel central. La novela utiliza muchos de los clichés de la literatura gótico-romántica del siglo XIX, pero modernizados y alternados con el creciente sensacionalismo que estaban adoptando las historias de ficción europeas a principios del siglo XX. El resultado es uno de los libros más memorables publicados en el último siglo, adaptado y reinterpretado en diferentes medios y disfrutado por lectores de todas partes del mundo.
La construcción de la prosa es en parte narrativa y en parte epistolar -con fragmentos de diarios, cartas, telegramas y artículos de periódicos-. En ningún momento pierde el ritmo ni se vuelve monótona, ya que se trata de una de esas historias que te tienen a la expectativa al final de cada capítulo. De todas las obras que leí de Gaston Leroux, esta me parece la más lograda y la más apta para introducirse en su producción. Algunos la tildarán de melodramática, pero yo considero que es una novela sensible que merece la atención de todo aficionado a la literatura.
Mi veredicto
Por supuesto, recomiendo leerla. Cada vez que ojeo un fragmento del libro, se me vienen gratos recuerdos de mi juventud a la memoria. Si logro releerla, les daré mi visión más actualizada al respecto. En mi opinión, ninguna adaptación llega a hacerle justicia a esta extraordinaria historia (sus películas tienden a ser mediocres). Pero la novela, en sí misma, vale totalmente la pena.
¿La has leído? ¿Qué te pareció? ¿Te interesa leerla en el futuro? Contame en los comentarios :)
- SOBRE EL AUTOR
¡Hola! Me ha encantado tu reseña, pues mientras iba leyendo, iba recordando esta obra maestra. Yo la leí hace muchos años y me gustó mucho. ¡Besos!
ResponderBorrarMuchas gracias :) Me alegro mucho de que hayas disfrutado de mi artículo. También es una novela que me trae muchos buenos recuerdos.
BorrarUn abrazo!