Moby Dick de Herman Melville es uno de mis libros favoritos. Sagaz, modernista, irónico e inteligente, influyó directamente en el curso de la literatura occidental y continúa inspirando a escritores y lectores de todas partes del mundo. Tal vez no sea la novela más accesible que se pueda encontrar, y eso hace que muchos desistan en su intención de leerla. Sin embargo, la belleza de su lenguaje, su elaborado trabajo metafórico y su cultivada visión del mundo lo transformaron en uno de los mejores y más importantes libros del siglo XIX.
A lo largo de los años –y particularmente debido a que su análisis suele incluirse en los programas académicos-, a muchas personas les ha provocado más de un dolor de cabeza. Ha adquirido fama de ser impenetrable, aburrido, sesudo, estático y denso. Muchos piensan que contiene meramente una larga y enrevesada descripción de la cacería marítima de ballenas o, peor aún, un largo tratado poético sobre una enigmática ballena blanca. Si bien hay cierto asidero para estas concepciones, he aquí algunas razones por las cuales Moby Dick no es el libro que quizás pensabas que era. Si no lo has leído, te recomiendo altamente que lo hagas.
¿De qué trata Moby Dick?
La historia nos cuenta una lucha encarnecida entre un grupo de marineros a bordo de un barco ballenero llamado Pequod, quienes buscan capturar a un mítico cachalote blanco llamado Moby Dick. Un joven estadounidense llamado Ismael, quien vaga por la ciudad costera de Nantucket, decide embarcarse en un viaje con un navío pesquero dedicado a la caza de ballenas. El muchacho posee experiencia previa en la marina mercante y desea profundizar dicha destreza. Además, lo motivan los cuantiosos incentivos económicos que le generará involucrarse en semejante empresa. Antes de partir, conoce a un arponero polinesio de nombre Queequeg quien accede a acompañarlo y terminan partiendo juntos en el barco ballenero apodado Pequod. Conocerán a bordo al capitán que les será de guía, un hombre misterioso y violento llamado Ahab, quien está obsesionado con cazar a la ballena blanca Moby Dick: un gigantesco y feroz ser que, años atrás, le ha amputado la pierna. La travesía se vuelve más y más encarnecida a medida que la locura de Ahab se torna excesiva y la inevitabilidad de la destrucción empieza a tomar forma en los corazones de los marineros, quienes están seguros de que ésta es una misión que cambiará sus vidas para siempre.
Es una novela que trata sobre el idealismo, la religión, la política, el resentimiento, los valores heróicos, la biología evolutiva y la obsesión en todas sus manifestaciones. Pero, a continuación, me gustaría explorar algunos temas que quizás no sabías que contenía en sus páginas.
El homoerotismo
No sería una exageración decir que Moby Dick fue uno de los libros más homoeróticos escritos durante el siglo XIX. Desde las escenas que muestran a nuestro protagonista abrazado en la cama junto a otro marinero -«cómodos, libres e íntimos»-, con las piernas entrelazadas y las narices tocándose, hasta las descripciones de los arpones que penetran las ballenas para hacer saltar el esperma, el libro está lleno de imaginería homosexual. Una frase que quedó grabada en mi memoria, en relación metafórica con dicho tema, fue: «Exprimí ese esperma durante toda la mañana hasta que sentí que yo mismo me fundía con él […] Amados compañeros en esta vida, démonos la mano, apretémonos todos, los unos contra los otros, en el esperma y la leche de la bondad.»
Su comentario acerca de la amistad
Uno de los grandes temas del libro es la amistad entre los hombres: la fraternidad en contextos disímiles y la empatía por el prójimo. La hallamos en la relación entre Ismael y Queequeg. Ambos están abiertos a la diversidad, a las posibilidades positivas de las diferencias y acaban entablando una extraña pero íntima amistad que desafía todas las barreras. Y es en ese pilar emocional donde se apoya el protagonista para soportar los horrores que le aguardan en altamar.
El humor y la tragedia de Ahab
El capitán Ahab es uno de los personajes más particulares de la literatura del siglo XIX. Viejo, agotado, deteriorado por el paso de los años, se enfrasca en una obsesiva e irracional venganza contra Moby Dick, la ballena blanca que le ha arrancado la pierna. Su locura alcanza dimensiones épicas y constituye el contrapunto perfecto con el protagonista, ya que Ahab rechaza la amistad, la cercanía y la bondad de cualquier otro ser humano. Es un hombre que teme que la intimidad sea capaz de curar su obsesión y aleja violentamente a todos los que intentan agraciarse con él. Sus discursos estrafalarios y su incoherente visión del mundo son algunos de los pasajes más interesantes del libro. Son, al mismo tiempo, trágicos, violentos, sarcásticos y satíricos.
Su crítica al racismo y la esclavitud
Implícita entre líneas de metáforas y símiles –no nos olvidemos de que se escribió en el siglo XIX- hay una fuerte crítica al racismo y la esclavitud del país natal de Melville. Las escenas de fraternidad entre Ismael (blanco y estadounidense) y Queequeg (indígena polinesio de piel oscura) desafía las conversaciones racistas expresadas por muchos de los tripulantes del barco. La esclavitud es representada en Moby Dick como un acto despiadado, inhumano e insoportable. El colapso mental de Pip, un adorable y joven esclavo, al darse cuenta de que su vida vale menos para quienes lo rodean que la carne de las ballenas, ilustra las posturas personales del autor acerca de la esclavitud y el racismo en los Estados Unidos.
Ver: El Alexis: La culpa y la expiación de la homosexualidad
Su reflexión sobre los límites del conocimiento humano
Algunos lectores primerizos del libro suelen preguntarse el porqué de todos aquellos pasajes cuasi-enciclopédicos donde se describe centímetro a centímetro la anatomía de las ballenas. Ismael se explaya con impaciencia febril acerca de las características naturales de los mamíferos de altamar. Nos habla de sus huesos, de la constitución de sus órganos, de sus maneras de transportarse por el mar, de su peso y contextura, etc. La razón por la cual Melville se extendió tanto en estas descripciones –aparte del obvio peso simbólico y metafórico de las mismas- es que deseaba hacer un contraste abrupto entre este vasto conocimiento del protagonista con la imposibilidad que sufren él y los demás tripulantes del Pequod para comprender la naturaleza de la Ballena Blanca. A pesar de emplear todos los sistemas de conocimiento humano –la ciencia, el arte, la taxidermia, la frenología, etc.- el narrador es incapaz de comprender la esencia de Moby Dick. Esto sugiere que el conocimiento humano es, para todos nosotros, limitado e insuficiente. Los actos de la Ballena Blanca son desconocidos y, como lo demuestra Ahab, todo intento de darles un significado acaba en la locura.
Su libertad de interpretación
Uno de los aspectos más desconcertantes de la novela es su total ambigüedad. Está llena de personajes, descripciones, elaborados pasajes, intricados acontecimientos y grandes ideas. Sin embargo, su significado o mensaje final está completamente ausente. Todo el libro está abierto a la interpretación. Su tema central justamente es la búsqueda de significado y la esterilidad del lenguaje.
La mayor de las complicaciones se centra en el mismo ser que le da título, ya que Moby Dick –esta ballena blanca, vasta e indomable- representa una fuerza omnipresente que se erige como el único propósito de las acciones de nuestros personajes. Todos se mueven detrás de Moby Dick, cada uno por una razón distinta. Pero, ¿qué representa Moby Dick entonces? No se sabe. Está abierto a la interpretación.
¿Nos habla sobre el Sueño Americano?
Muchos sugieren que Moby Dick es una alegoría del Sueño Americano, es decir, este ideal de que los Estados Unidos –todavía una joven nación en aquella época- podía llegar a ser un gran país o acabar sucumbiendo a sus propias guerras y conflictos internos de acuerdo a las acciones de sus ciudadanos. El barco ballenero donde se embarcan nuestros protagonistas constituye un microcosmos en el cual se ven ilustrados todos los tipos de personalidades y razonamientos de aquella joven nación y las dificultades de convivencia entre los unos y los otros. El potencial de los marineros de autodestruirse en conflictos innecesarios o de cooperar para llevar el barco –y la cacería- a fruición es una metáfora del creciente potencial de unos Estados Unidos en desarrollo que caminaba hacia un futuro incierto. Los distintos orígenes geográficos de los marineros que comparten un mismo barco (cada uno proveniente de un país distinto) aluden a aquella idea de la tierra de oportunidades: una Nación donde todos los habitantes del planeta se funden en busca de su propia felicidad.
Su asimilación de Shakespeare
Si todo lo anterior falla para interesarte en leer el libro, al menos tené en cuenta lo siguiente: Melville concibió a Moby Dick como un largo y homérico homenaje a William Shakespeare. El lenguaje y la prosa de Shakespeare, su transformación del lenguaje, la tragedia de sus diálogos, están muy presentes en la novela. Aún las partes menos entretenidas y más intelectuales del libro están narradas de una forma tan hermosa y poética que resulta digna de la mayor admiración. Melville fue uno de los mejores escritores en lengua inglesa que jamás hayan existido, y Moby Dick fue su mágnum opus.
Existen otras interpretaciones
Podría extenderme hasta el infinito y hablarles sobre los momentos en que trata temas como el libre albedrío, la inevitabilidad del destino, la religión, la política, el canibalismo, la inutilidad de las palabras, etc. Se han escrito ensayos enteros para analizar este libro. Mi único argumento es que se merece que le des una oportunidad. Es uno de esos libros que todos deberían leer al menos una vez en la vida.
Sea cual fuere la concepción que tengas sobre esta novela, te recomiendo leerla. Está entre mis favoritas y creo que es extraordinariamente bella. Algunas secciones son más densas que otras –particularmente los capítulos descriptivos sobre la carne de ballena-, pero aun así la disfruté muchísimo. Planeo releerla en el futuro para extraer nuevas conclusiones y para continuar recomendándola a lectores nóveles. Es una obra que requiere ser leída lentamente, que exige que la digieras de a poco, pero que por eso mismo vale totalmente la pena.
Una reflexión final
Los dejo con una frase de Jorge Luis Borges acerca de esta novela:
«En el invierno de 1851, Melville publicó Moby Dick, la novela infinita que ha determinado su gloria. Página por página, el relato se agranda hasta usurpar el tamaño del cosmos: al principio el lector puede suponer que su tema es la vida miserable de los arponeros de ballenas; luego, que el tema es la locura del capitán Ahab, ávido de acosar y destruir a la Ballena Blanca; luego, que la Ballena y Ahab y la persecusión que fatiga los océanos del planeta son símbolos y espejos del Universo.»
Nadie mejor que el maestro de las Letras latinoamericano para elogiar un libro tan maravilloso como éste. ¿Lo has leído? ¿Lo vas a leer? Dejame tus opiniones en los comentarios :)
- SOBRE EL AUTOR
La empecé ayer. Deslumbrada exactamente por todo lo que decís: no es lo que me esperaba y es mucho mejor de lo que dicen.
ResponderBorrarMe alegro mucho de que te esté gustando! Sin dudas tiene sus secciones lentas y estáticas, pero en general es un gran libro y uno de mis favoritos.
BorrarUn abrazo