Con tantas novelas circulando en el mundo editorial y con tantas posibilidades de lectura ante nosotros, es justo preguntarse cuál es el valor de releer libros que ya han pasado por nuestras manos. En mi opinión, nos sirve para reexaminar el contenido de los mismos, acercarnos nuevas interpretaciones y revivir la historia con una renovada madurez que nos permita sacar conclusiones distintas. Siempre es bueno dejar pasar un tiempo considerable entre lectura y relectura, para que las ideas y los personajes en una novela maduren lo suficiente y podamos verlos desde una óptica distinta. Teniendo estas razones en cuenta, me gustaría hablarles de seis libros que pienso releer en el futuro. No son los únicos, pero sí los primeros que vienen a mi cabeza de manera inmediata.
Los Miserables de Victor Hugo (1862)
Considerada la obra maestra del gran genio literario francés del siglo XIX, Los Miserables nos cuenta una complejísima historia ficcional ubicada en el trasfondo de la fallida Rebelión de Junio ocurrida en París en 1832. Protagonizada por un convicto que escapa de la cárcel (a la que fue sentenciado por robar un pan para su hermana hambrienta), sigue la vida de numerosos personajes cuyo destino se entrelaza por el azar hasta situarlos en el epicentro del momento sociopolítico que definirá la Francia de su tiempo. Como lo indica el título, la vida de estos personajes es extremadamente miserable: pertenecen al bajomundo parisino, se mueven en un universo de pobreza, crímenes y prostitución, y están destinados a los peores finales imaginables para un ser humano. Lo que hace que esta novela sea tan grandiosa -suele ocupar los primeros lugares en todas las listas de mejores libros de todos los tiempos- es el lenguaje poético y sentimental del autor. Victor Hugo exhibe una prosa magistral, prodigiosa, llena de pasajes estéticos de una calidad inimitable que convierten a la lectura de este libro en una delicia muy singular. Sin embargo, la densidad de su construcción metafórica, su sentido del humor irreverente y el espíritu de denuncia social que le adjudica al libro, requieren de más de una lectura. Dado que es uno de los más extensos jamás escritos, releerlo no es tarea sencilla. Ya pasaron seis años desde que lo leí, y por eso creo que es tiempo de que me decida a volver a hacerlo.
Crimen y Castigo de Fiodor Dostoievsky (1866)
Mi autor ruso preferido de todos los tiempos es Fiodor Dostoievsky. Si bien su visión del mundo es lúgubre, la rigurosidad de sus historias junto a la carga emocional que les imprime, lo convierten en uno de los autores que mejor han logrado capturar la sensibilidad de nuestra humanidad. Su obra más conocida -aunque no necesariamente mi preferida- es Crimen y Castigo, una extensa novela filosófica protagonizada por un joven de apellido Raskolnikov quien decide asesinar a una anciana prestamista por motivos ideológicos (francamente irrisorios). Dostoievsky la concibió como crítica a uno de los grandes males que percibía en la juventud de su tiempo: el nihilismo y las vidas sin dirección. A través de sus páginas, acompañaremos al protagonista en un viaje de expiación donde será aplastado por las consecuencias físicas, emocionales, psicológicas, legales y morales del crimen cometido. A su vez, servirá como una exploración de la amistad, la ruptura de los lazos familiares, el rol de la autoridad y la verdadera naturaleza de la criminalidad. Recuerdo haberla amado desde el primer momento en que la leí y me gustaría revivir esa experiencia para comprobar si mis sentimientos hacia ella han cambiado.
Jane Eyre de Charlotte Brontë (1847)
Cuando hablamos de Jane Eyre, nos referimos a una de las mejores novelas inglesas del siglo XIX. Protagonizada por la muchacha que le da título, se trata de una historia de maduración que sigue la vida de una joven huérfana que termina trabajando como institutriz en una mansión dilapidada para un hombre misterioso del que termina enamorándose (Edward Rochester). Mientras le da clases a su hija y empieza a imaginar un futuro idílico al lado de su amado, Jane descubrirá un secreto oscuro que éste guarda en los recovecos de su mansión, tras una puerta cerrada con llave que cambiará para siempre su concepción de la persona a la que imaginaba soñada. Es una novela gótica que continúa la mejor tradición romántica de su tiempo, causó furor en la época victoriana y continúa siendo ampliamente disfrutada por lectores de todos los orígenes. Fue uno de los libros que más disfruté en mi juventud y que, tarde o temprano, terminaré revisitando. Aunque sea sólo para comprobar si continúa teniendo el mismo efecto hipnótico que causó en mí la primera vez que lo leí.
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No leeré esta edición incompleta, sino la de Penguin Clásicos |
Las Luminarias de Eleanor Catton (2013)
La segunda novela de esta escritora neozelandesa causó furor en el mundo literario cuando se publicó en el mercado europeo. En primer lugar, debido a la edad de su autora: Eleanor Catton tenía sólo 28 años al momento de su publicación. En segundo, por la magnitud del libro y la madurez que demostraba a pesar de ser una novela temprana. Fue ganadora, entre otros, del Man Booker Prize y se llevó numerosos reconocimientos literarios debido a su calidad artística y su refinamiento estético. Se trata de una historia que transcurre durante la fiebre del oro neozelandesa del siglo XIX. Comienza con una reunión de doce hombres que discuten un misterio relacionado a una cadena de crímenes sin resolver que ha desgastado a la comunidad local. Cada uno de estos hombres tiene una relación con los protagonistas de dichos crímenes y, a su vez, cada uno representa un signo del zodíaco. La novela está estructurada según las constelaciones zodiacales y la imaginería astrológica inunda cada una de las páginas de un misterio modernista ambientado en una época olvidada. Muy original, entretenida y cargada de giros de trama, es una obra que estoy dispuesto a revisitar apenas pueda conseguirme una copia física (ya que originalmente la leí en digital).
Dracula de Bram Stoker (1897)
Mucho he hablado a lo largo de los años acerca de la gran novela que escandalizó a la Inglaterra victoriana. Sin embargo, ha pasado demasiado tiempo desde que leí Drácula de Bram Stoker, y me encantaría releerla para poder hacer una reseña más profunda en este blog. La historia es hiper conocida y ha sido regurgitada hasta el cansancio: el misterio del conde Drácula, un vampiro ancestral que vive en un castillo en Transilvania y se alimenta de la sangre de sus inocentes víctimas. El tormento que ejerce sobre el joven Jonathan Harker, el hechizo que impone sobre la pobre Mina Harker y el enfrentamiento que tiene con el doctor Van Helsing conforman una trama cargada de suspenso y adrenalina que continúa fascinando lectores de todas las edades. Esta obra literaria contiene dos elementos que la convierten en una pieza de sumo interés para mí. En primer lugar, su cualidad epistolar: se compone de cartas, artículos, fragmentos de diarios y muchos otros elementos que crean una admirable atmósfera de realismo que ayuda a asimilar su fantasía. En segundo lugar, el conflicto que plantea entre dos mundos irreconciliables: el de las leyendas europeas medievales y el de la modernidad tecnológica victoriana. Justamente, el tema de la novela es el triunfo de la tecnología por encima de la superstición. Sólo recordar las deliciosas descripciones del castillo y las vampiresas atrapadas en sus aposentos me invitan a abrir una copia de este libro y empezar a leerlo una vez más.
Retorno a Bridesehead de Evelyn Vaugh (1945)
En el caso de Retorno a Brideshead, mi principal motivo para releerlo tiene que ver con el hecho de que muchas de las metáforas y referencias espirituales que el autor incluyó en sus páginas escaparon a mi comprensión cuando la leí por primera vez. Se trató de uno de esos casos en que leemos un libro sin estar en el estado mental o emocional necesario para asimilarlo en su totalidad. Sin embargo, lo disfruté muchísimo y sigue estando entre mis novelas favoritas. Cuenta la historia de Charles Ryder y su amistad con la familia nobiliaria Flyte (especialmente los hijos: Sebastian y Julia), durante un período de cambio sociopolítico que transforma a la mansión de estos aristócratas -el castillo Brideshead- de un lugar soñado a una ruina llena de fantasmas. Explora la sexualidad, la fe, la nostalgia por la era aristocrática, el arte y la sensibilidad artística. Sin dudas, es un libro que me interesa analizar más profundamente y para ello deberé releerlo en su totalidad. Ojalá pueda hacerlo muy pronto.
Esos son sólo algunos de los libros que planeo releer en el futuro. ¿Cuáles incluirías en tu lista personal? Contame en los comentarios :)
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