Todos tenemos lugares en el mundo que nos inspiran. Sea que nos inviten a reflexionar, nos llenen de sentimientos o simplemente nos transmitan paz, hay pequeños santuarios que estimulan algo enterrado profundamente en nuestro interior que nos motiva a visitarlos con regularidad. Tengo la suerte de que uno de esos lugares se encuentra cerca de mi casa. Se trata del Parque General San Martin, una joya del siglo XIX que continúa viva y en plena expansión. Tiende a despertar en mí un enorme nivel de satisfacción estética, física y espiritual. Hoy decidí sacar mi cámara y llevarlos a recorrerlo conmigo. Quizás, quién sabe, también logre inspirarlos a la distancia de la misma manera.
Samhain es el precedente pagano de lo que luego se transformó en Halloween. Si bien en el hemisferio norte se festeja el 31 de octubre, en el hemisferio sur lo celebramos el 30 de abril. El festival que le dio origen proviene de los antiguos celtas y no es mucho lo que conocemos concretamente acerca de él. Pero, como con todas las fechas importantes del calendario, sus prácticas, creencias y significados fueron cambiando con el paso de los siglos. Se lo cuenta dentro de los cuatro grandes festivales gaélicos y era el momento del año en que el ganado era carneado y se encendían fogatas para garantizar la limpieza y la purificación de los meses subsecuentes. Pequeños rituales con alto potencial simbólico. En la literatura y en los recuentos históricos, suele considerarse como una noche liminal, donde el límite entre nuestro mundo y el otro es más delgado y toda clase de espíritus son capaces de contactarse con los seres humanos. En la realidad, se trata del punto intermedio entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno y numerosos cambios físicos ocurren en la naturaleza, tanto en la vegetación como en los animales.
A lo largo de los siglos, distintas culturas han adoptado tradiciones propias para esta época del año, algunas religiosas y otras de tipo secular: el Día de Muertos mexicano, el Halloween estadounidense, el Día de todos los Santos cristiano, etc. Pero existe un carácter universal que atraviesa a todas las sociedades: se considera un momento para homenajear a los muertos y a los seres queridos que han fallecido. Resulta curioso que el acto de conmemorar a quienes han dejado este mundo sea una necesidad humana que ha trascendido a través de los siglos. Aunque, pensándolo bien, tiene sentido: el otoño posee una cualidad reflexiva, la caída de las hojas representa un fin de ciclo y el frío que lentamente se va apoderando del clima nos obliga a guardarnos en nuestras casas y pasar más tiempo en compañía de nuestro círculo más íntimo. Y ese ambiente de cambio permanente que acompaña a este instante de transición es profundamente transformador para aquel que esté abierto a experimentar lo que le rodea.
En mi caso, me encuentro en una situación peculiar: vivo en una ciudad que es mundialmente famosa por sus paisajes otoñales. En pocos lugares de este país se vive el otoño tan intensamente como se vive en Mendoza y el cambio estacional es casi omnipresente acá, recordándonos todo el tiempo que algo está mutando en el aire. Es mi época favorita del año y una que siempre me agarra desprevenido en todos los aspectos de mi vida. Desde que era pequeño, al principio intuitivamente pero cada vez más de manera consciente, he encontrado que el otoño trae consigo una profunda transformación interna que repercute en el resto de mi año.
Para la mayoría de las personas, el momento típico para hacer planes, tomar decisiones, plantear metas personales o decidir un plan de acción para los próximos 12 meses (y también analizar los 12 que ya pasaron) es el 31 de diciembre. Los célebres "propósitos de año nuevo" tienen una razón de ser: obligarnos a reflexionar sobre el año que se fue y planificar el que comienza. Sin embargo, nunca resoné personalmente con ese modelo. Desde niño, el momento en que encaro dicho proceso es durante el otoño, específicamente en los meses de abril y mayo. Para mí, la última semana de abril es prácticamente mi año nuevo.
¿Qué es lo que estoy pensando en el ocaso del año que pasó? Creo que la meditación me está haciendo muy bien y que estoy logrando reenfocar mis pensamientos de un modo que no pude lograr el año pasado. Pasé un año muy difícil desde lo personal, sobre todo emocional y psicológicamente, y he decidido no repetir dicha experiencia. He planteado grandes metas de aquí a cinco años (veremos si logro cumplirlas!), entre las cuales se encuentran aumentar mis calificaciones profesionales, perfeccionar mi arte y hacer crecer este blog. Estoy mejorando mi salud como nunca antes (en el pasado, han sido notorios mis problemas de salud) y deseo prestar más atención a lo que pongo dentro de mi cuerpo -física y emocionalmente-. Quiero aprovechar al máximo las oportunidades que se presenten y desarrollar lo mayor posible mi potencial individual. También deseo alejarme de todo aquello que no sirva a dicho propósito, es decir, mi exposición a las redes sociales, la política y las personas tóxicas. Muchos solemos plantearnos objetivos similares pero, en mi caso particular, tengo un plan de acción. Sólo debo implementarlo.
¿Qué es lo que voy a preparar para este Samhain que se acerca? Probablemente algo muy pequeño. Un almuerzo solitario (no puedo hacer cena porque estaré trabajando), unos sutiles rituales y una meditación profunda. Seguramente cocinaré algo con calabazas, como es mi costumbre. Creo que serán unos días en que adoptaré un estado pacífico, silencioso y meditativo. No habrán grandes celebraciones, pero sí actos de reflexión significativos. Quizás, en última instancia, salga a dar una caminata por la naturaleza y disfrutar del espectáculo otoñal que pasa tan desapercibido pero que constituye una de las grandes maravillas del mundo natural.
¿Alguno de ustedes celebra Samhain? ¿Tiene para vos un significado especial? ¿Qué es lo que más disfrutás de la llegada del otoño? Los leo en los comentarios :)
- SOBRE EL AUTOR
Mi nombre es Rodrigo. Soy un escritor independiente Argentino, apasionado por contar historias y compartir reflexiones. Si bien mi campo predilecto es la ficción, en este blog les hablo sobre todo lo que pasa por mi cabeza: mi vida, mis experiencias, mis visiones del mundo y mi proceso creativo. Escribo desde chico ficción literaria y ficción gótica. He publicado relatos cortos y novelas que están disponibles para lectores de todas partes del mundo.
Últimamente he estado atravesando un proceso de transición (cuándo no, me he convertido en el rey de las transiciones), pero esta vez ha sido mucho más pacífico y fluido que los anteriores. Lo principal busco encontrar es una forma de purificación. No uso el término de manera casual, sino que creo que es el que mejor se aplica a mis circunstancias actuales. La manera en que culturalmente definimos purificación tiene dos aristas principales: en el sentido más mundano, se refiere al acto de eliminar impurezas y regresar una cosa a su estado natural (también conocido como su esencia). En el sentido religioso, la purificación es la devolución del cuerpo y el alma a su equilibrio original. En mi caso particular, deseo eliminar de mi entorno todo aquello no esencial que ha estado contaminando mi vida en los últimos meses. Hay una larga lista para mencionar, pero más que nada me interesa deshacerme de malos hábitos, pensamientos destructivos y personas que han parasitado demasiado tiempo dentro de mi cabeza y monopolizado mis pensamientos. Hay muchos métodos para lograrlo, pero me estoy ayudando de herramientas tales como la meditación, el ejercicio, la escritura -leivmotif de mi existencia- y la reflexión intencionada. Encuentro muy inspiradora la idea de que cada uno de nosotros tiene la capacidad de modificar nuestra propia realidad y que nuestras acciones son las que dictan nuestros resultados
El cambio estacional me está ayudando a reenfocar un poco el lente con el que observo lo que me rodea. Por alguna razón, la llegada del otoño tiende a tener ese efecto en mí. Mi entusiasmo se eleva, mi mirada del mundo se balancea y tengo una mayor claridad mental para tomar decisiones hacia el futuro. Una de ellas, claramente, fue retornar a este blog. La otra fue continuar con mis proyectos literarios. Encuentro cierta inusitada poesía en la noción de que, junto con la caída de las hojas, también dejamos caer aquellas piezas de nosotros que se han marchitado durante el último año. No es casual que se haya denominado al otoño como la estación más hermosa: hay belleza en la transformación, en la pérdida, en el ocaso y en el resurgimiento. Hay belleza en la naturaleza cíclica de los procesos biológicos del hombre. Y, sobre todo, hay belleza en la muerte y el renacimiento interior que la mayoría de nosotros atraviesa durante el otoño.
En estos días, ando leyendo La Rama Dorada de James George Frazer. Muchos se preguntarán ¿qué hago leyendo un estudio antropológico comparativo de distintas religiones y mitología de 650 páginas publicado en 1890 en Escocia? La verdadera pregunta es ¿qué hago NO leyéndolo en este momento? Fuera de broma, la cuestión histórica del desarrollo de las costumbres y creencias religiosas es algo que viene interesándome desde hace tiempo. También el concepto de la "magia" que atraviesa trasversalmente a todas las religiones folklóricas del mundo. Desde una perspectiva histórica, las grandes religiones no se originaron espontáneamente en el vacío, sino que se fueron influyendo las unas a las otras. Resulta curioso cómo los conceptos fueron evolucionando de modo paralelo en las distintas sociedades del planeta. No estoy particularmente interesado en la idea de los arquetipos de Jung (encuentro su análisis un poco forzado en algunos aspectos), pero sí me llama la atención la manera en que estas creencias marcaron a las distintas sociedades a lo largo de los siglos. Tengo otros libros sobre el tema en mi lista de pendientes, pero éste me está gustando. No es una lectura que particularmente recomiendo (es demasiado denso y tedioso de leer, y el estilo pomposo del autor a veces se vuelve insoportable) pero sin dudas es un buen recurso de referencia. Cuando lo termine les daré mi opinión.
¿Qué representa el otoño para ustedes? ¿Es también un proceso de transición? ¿Cuáles han sido los momentos en sus vidas en que han tenido la claridad mental para tomar decisiones que cambiaran el rumbo de lo que venían haciendo? ¿Han sido recurrentes o sólo esporádicos? Los leo en los comentarios :)
- SOBRE EL AUTOR
Mi nombre es Rodrigo. Soy un escritor independiente Argentino, apasionado por contar historias y compartir reflexiones. Si bien mi campo predilecto es la ficción, en este blog les hablo sobre todo lo que pasa por mi cabeza: mi vida, mis experiencias, mis visiones del mundo y mi proceso creativo. Escribo desde chico ficción literaria y ficción gótica. He publicado relatos cortos y novelas que están disponibles para lectores de todas partes del mundo.
Llevo un año y medio casi desaparecido por completo del internet. No es algo que buscara hacer conscientemente, pero simplemente se dio de esa manera. Me he alejado del mundo virtual de la literatura y de toda la llamada "comunidad" de booktube de manera definitiva. Pero, como siempre, continúo escribiendo. Escribir es lo que me da vida, es lo que me impulsa a seguir adelante. Cada vez que he dejado de hacerlo, me ha afectado muy negativamente en el terreno emocional. En las últimas semanas estuve reflexionando mucho y he decidido volver. Pero en mis propios términos y a mi debido ritmo.
Sobre mí
Rodrigo Eker
Escritor
Soy un joven escritor del país más sureño del mundo. Apasionado por la literatura y las historias. Escribo ficción contemporánea y ficción gótica. Mis obras están disponibles para lectores de todo el mundo.
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